El incidente en la ciudad de Greenville, Mississippi (sureste de EEUU), está siendo investigado como un crimen de odio por parte de policías locales, estatales y federales.
"La iglesia fue vandalizada con las palabras 'Vota por Trump' a un lado", dijo el alcalde Errick Simmons en una conferencia de prensa. "Esto es una agresión directa al derecho de la gente a expresar su fe libremente", añadió Simmons. El jefe de bomberos de la ciudad, Ruben Brown, confirmó a la AFP que "el incendio fue desatado intencionalmente". No se reportaron heridos en el incendio ocurrido hacia las 21H00 locales del martes en la iglesia bautista Hopewell.
Greenville es una localidad de 32.000 habitantes a la orilla del río Mississippi. Según la oficina del censo, tiene 78% de población negra, un electorado que no es proclive a votar republicano. Pero más del 59% de la población total de Mississippi (de casi 3 millones de habitantes) es blanca y el estado está mayormente inclinado por Trump.
Kristen Clarke, presidente y director ejecutivo de la organización de derechos humanos Lawyers' Committee for Civil Rights Under Law, describió la iglesia como "una piedra angular para esta comunidad negra en el corazón del delta del Mississippi". También expresó su preocupación de que la iglesia fuera vandalizada cuando queda tan poco para las elecciones.
"La tóxica retórica de la campaña sigue ensombreciendo este ciclo electoral", dijo Clarke.
Una persona era interrogada el miércoles, según dijo el jefe de policía Delando Wilson, sin querer dar más detalles y señalando que la investigación aún está en su etapa preliminar. El fuego afectó particularmente el santuario de la centenaria iglesia.
Este tipo de ataques evoca las violentas persecuciones sufridas por la comunidad negra en los estados del sur, Mississippi en particular, durante el movimiento por los derechos civiles de la década de 1960 liderado por Martin Luther King, asesinado en 1968.
