Lorenzo Mendoza podría encarnar un liderazgo político en Venezuela. Cumple con diversas de las condiciones ideales
Diario La Verdad
Le invito a un ejercicio de política-ficción. Imagine usted que Lorenzo Mendoza, el presidente de Empresas Polar, decide en este 2017 lanzarse a la arena política. Ese hecho solamente, ¿no estaría provocando un cambio de envergadura en el escenario político venezolano? En mi opinión sí, pero eso no dependerá de usted o de quien escribe, sino de una acción personal de esta figura pública que nos ha dicho a los venezolanos que no se imagina en una posición distinta que dirigiendo las empresas de su estirpe familiar.
Tal como ocurrió hace casi dos décadas, la crisis del sistema abre oportunidades. Los actores políticos tradicionales (y en esta categoría caben tanto el PSUV como la MUD, en este momento) no tienen capacidad de darle respuestas a la sociedad en el anhelo de cambio. En Venezuela -en cambio- se ha entendido la incursión directa de los empresarios en la política como un tema tabú. Hasta ahora. Muchas cosas están cambiando en el imaginario político de los venezolanos,
Estamos ante un mar de descontento, en todos los ámbitos sociales y en todos los rincones del país, y con actores sencillamente apoltronados. Unos en su posición de poder y otros en su posición de oposición, de estos últimos no pocos han limitado su acción política a poner mensajes en el Twitter.
Nadie está convocando, ahora, en el peor momento de la crisis que haya conocido al país a una cruzada por el cambio con éxito; logrando que la gente les siga. De eso se trata el liderazgo. Lorenzo Mendoza podría encarnar un liderazgo político en Venezuela. Cumple con diversas de las condiciones ideales, que, en este momento, percibe la gente como necesarias para conducir el país.
Una sola vez he visto en persona a Lorenzo Mendoza, en un acto a mediados de 2016 en la Ucab con diversos obispos de la Conferencia Episcopal. Hubo muchísimas personas que se acercaron a estrechar su mano. Pasado el furor, una señora bien humilde se le acercó. No supe qué le dijo la señora, pero ella rompió a llorar. Mendoza la abrazó. No se trataba de un acto para las cámaras, percibí compasión genuina ante el dolor de aquella señora.
Mendoza asegura que su prioridad son sus empresas, y ello es legítimo. Pero no estamos en un país de condiciones políticas normales. Tal como van las cosas, es posible que la existencia en sí de Empresas Polar necesitará de que ocurra un cambio político en el país.
Tal vez para "salvar" a Empresas Polar (como otras tantas empresas aguerridas que sobreviven en el país), será necesario en primer término lograr el cambio en Venezuela. Por ello me pregunto, ¿se atreverá Lorenzo?
Andrés Cañizález / Director en Ciencias Políticas / @infocracia