El secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos de Falcón aseguró que en el país solo se está produciendo 15% del consumo de gas nacional
La acumulación de bombonas vacías en los hogares venezolanos ha sido el motivo de múltiples protestas y cierres de calles durante los primeros siete meses del año. En Caracas, sectores populares del este y el oeste son los más afectados, mientras que en los estados Táchira y Mérida han sido los más impactados por la falta del recurso en el interior del país.
Desde 2016 se volvió costumbre que los vecinos que habitan el sector Placer de María, en el municipio Baruta del estado Miranda, tranquen las calles con las bombonas vacías por la ausencia prolongada de los distribuidores, quienes deberían llevar todos los jueves los cilindros cargados de gas doméstico y realizar el cambio de bombona.
“Hemos protestado. Esta mañana vino el camión y yo no pude comprar porque viene escaso. La cola la empiezan a hacer desde la madrugada. La única manera de que yo logre comprar es que le pague 3.000 bolívares a un señor para que haga la cola”, explicó Yudith Ospina, habitante del sector.
La crisis económica ha puesto a los venezolanos en una disyuntiva: comprar comida con sobreprecios, sustituir la mayoría de los alimentos de la cesta básica por otros de menor calidad, reducir las cantidades, eliminar una o dos de las tres comidas diarias, y ahora, se debaten entre la complejidad de regular el consumo de gas, cocinar con leña o utilizar cocina eléctrica porque no saben cuándo comprarán el gas doméstico.
Actualmente las refinerías solo están produciendo 15% del consumo de gas nacional y no están generando gasolina terminada, aseguró Iván Freites, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos de Falcón.
“Las cinco plantas de alquilación que hay en el país están paralizadas, al igual que las refinerías El Palito y Puerto La Cruz, mientras que la refinería Amuay solo procesa 280.000 barriles diarios”, señaló el sindicalista.
La problemática en el sector se agudizó a partir de diciembre, cuando se les prohibió a las personas comprar más de una bombona por casa.
Los estados del país no escapan de la escasez
El 25 de enero se registró la primera protesta del año en la vía Duaca, en el estado Lara, a causa de la falta de gas. Los vecinos de los sectores Brisas del Alto, El Chosero, Las Trinitarias, El Central y otros caseríos de la zona aseguraron que desde hace dos meses los distribuidores del gas no llevan bombonas pequeñas, solo medianas y grandes, de acuerdo con información de El Impulso.
“Aquí somos todos pobres y no tenemos cómo comprarlas”, señaló una de las manifestantes en la vía, quien aseguró que por no contar con dinero suficiente se limitan a comprar el cilindro más pequeño.
En Táchira la situación es más crítica. Los vecinos del barrio San Carlos, durante una protesta en exigencia de la distribución del suministro de gas doméstico, aseguraron que tienen seis meses sin comprar bombonas.
Los tachirenses afirmaron que la crisis se vive en los 29 municipios de la entidad. Hay sectores en los que no distribuyen el combustible doméstico desde hace más de un año.
Las manifestaciones en Táchira se han registrado en la autopista La Fría-San Cristóbal, las avenidas Rotaria, Libertador, 19 de Abril y Simón Bolívar; en los municipios Cárdenas, Torbes, Capacho Nuevo, Capacho Viejo y Junín; y en los sectores Las Lomas, la Mulera y La Concordia, en los cuales los habitantes han vuelto a cocinar con leña debido a que padecen frecuentes cortes de luz, lo que les impide hacer uso de cocinas eléctricas.
El desabastecimiento de gas en Mérida también ha sido motivo de protestas. Con pancartas y bombonas vacías los ciudadanos han tomado las calles y denunciado las fallas en el servicio.
Distribuidores aprovechan para cobrar con sobreprecio
Los distribuidores aprovechan la crisis para vender con sobreprecio los cilindros. Oficialmente la bombona de 10 kilogramos cuesta 50 bolívares, la de 18 está en 250, la de 27 en 380 y la de 43 en 600 Bs.
Los precios de los cilindros varían dependiendo de los trabajadores encargados de la distribución y según el sector. En Baruta una bombona de las grandes es cobrada entre 2.500 y 3.000 bolívares. Una bombona pequeña es vendida desde 500 y 600 bolívares, sin contar con los 3.000 o 5.000 bolívares extras que piden las personas que se ofrecen a hacer colas durante la madrugada en lugar de los compradores.
“Cobran más del precio. Yo como tengo la (bombona) grande pago más. El señor del gas me hace la vuelta”, indicó Hugo Ocando, vecino de Manzanare.
Los habitantes del sector El Caribe pagan 6.000 bolívares, mientras que los residentes de la avenida Morán, en Catia, han cancelado de 8.000 a 12.000 bolívares por los cilindros.
La situación en algunas partes de El Valle es otra. Los ciudadanos que hacen uso de la bombona de gas doméstico cancelan entre 500 y 600 bolívares por el cilindro de 10 kilos; sin embargo, las largas colas son inevitables cada vez que llega el camión, lo que imposibilita que todas las personas puedan adquirirla.
Los más afectados por la escasez del gas han sido los ciudadanos del estado Táchira, localidad en la cual se han registrado hasta siete protestas diarias por la deficiencia.
Eleonora Delgado señaló que el cilindro que cuesta 50 bolívares es cobrado por los distribuidores en 2.000 bolívares. “En Táchira no se produce gas, por lo tanto, las fallas se presentan en la llegada de las gandolas y del gas a granel”.
La solución de la mayoría de las personas que no logran comprar el cilindro en su comunidad ha sido hacer largas colas en las distintas plantas de llenado de gas licuado de petróleo, ubicado en Caracas y Miranda.
Aunque la medida no asegura que las personas que se trasladan a los llenaderos podrán comprar el gas, puesto que también presentan dificultades para abastecer a todos los ciudadanos, la necesidad de poder cocinar los obliga a tomar el riesgo de hacer largos viajes y pagar por el traslado hacia las plantas.