Smartmatic, la empresa encargada del voto electrónico en Venezuela, denunció este miércoles la manipulación de los resultados de las elecciones celebradas el pasado domingo. El consejero delegado de la compañía, Antonio Múgica, aseguró desde Londres que entre el recuento anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el que registró el sistema (en Venezuela todo el voto es electrónico) hay una diferencia de «al menos un millón de votos». «Hubo manipulación de los datos en la elección de la Asamblea Constituyente», aseguró.
Smartmatic, empresa de origen venezolano y siempre cuestionada por haber crecido bajo el manto del chavismo, denunciaba así que el CNE se inventó la cifra de 8.089.320 electores. Es probable que quisiera superar los 7,68 millones de votantes que la oposición aseguró haber movilizado en su referéndum contra la Constituyente de dos semanas antes.
Pero Smartmatic, como en elecciones anteriores, daba por buenos los votos registrados por el sistema, cuando todo indica que el chavismo aprovecha especialmente las últimas horas de la jornada electoral para producir votos falsos, operando ilegalmente las máquinas de votación.
Esta vez, dada la posibilidad de que Estados Unidos acabe sancionando a la compañía y de que esta se vea afectada comercialmente en otros países en los que opera por el evidente fraude, Smartmatic ha denunciado la manipulación. Lo ha hecho tres días después, ante la reacción internacional; la empresa atribuye el retraso a haber dado tiempo para la salida del país de sus veinte técnicos y evitarles represalias por parte del régimen.
La emisión de millones de votos falsos ha sido confirmada en gran medida por la agencia Reuters, que asegura que hasta las 17.30 horas del domingo (media hora antes del cierre de los centros electorales) se habían registrado solo 3,7 millones de votos, según pudo saber de datos del propio CNE.
Los expertos consideran estadísticamente imposible, además de materialmente complicado, que hubiera cuatro millones de votantes después, en las dos horas que el CNE alargó el tiempo de votación, algo que este facultó sin que hubiera colas que lo justificaran.