“ Microsoft acaba de anunciar un cambio de estrategia para tratar de rescatar su división de celulares inteligentes, en aprietos desde hace años. Pero el proceso de sanación es doloroso: implica una total reorganización de la unidad de fabricación de celulares de Nokia y en efecto la admisión de que su compra el año pasado por US$7.500 millones fue un fracaso financiero.”
Ya en julio de 2014 Microsoft había cortado 18.000 puestos de trabajo en la empresa finlandesa que un día dominó el mercado internacional de los celulares. Y este miércoles, Microsoft añadió un nuevo recorte de 7.800 trabajos más.
Por si eso fuera poco, Microsoft anunció además que asumirá finalmente pérdidas por valor de US$7.600 millones asociadas a la compra de Nokia, que tuvo lugar hace apenas 15 meses.
En un mensaje a los empleados, el Director Ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella dijo que "reestructuraría el negocio de hardware de celulares de la compañía para enfocarse mejor y nivelar sus recursos".
Según el anuncio, a corto plazo habrá menos modelos de celulares Windows y a largo plazo se concentrarán en la "reinvención" de la movilidad.
Una apuesta fallida
Microsoft lanzó por primera vez su sistema operativo para teléfonos inteligentes en octubre de 2010 con el Windows Phone 7, en un intento por competir en un mercado dominado por los sistemas operativos Android de Google y iOS de Apple.
En su afán por entrar en ese competitivo y lucrativo mercado, Microsoft apostó por una alianza estratégica con Nokia, que como marca ya hacía tiempo que había perdido el brillo del pasado.
Esa alianza culminó con la dudosamente ética compra de la empresa finlandesa el año pasado. "La unión del software del Windows Phone con el hardware de Nokia se suponía que debería crear una poderosa tercera fuerza en el mercado de los celulares, ofreciéndole al consumidor una atractiva alternativa a los teléfonos e Android y Apple". Pero esa apuesta nunca rindió los frutos deseados.