El 6 de agosto de 1945, la bomba nuclear «Little Boy» cayó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y provocó la muerte de unas 80.000 personas. Tres días más tarde, el 9 de agosto, su hermana «Fat Man» destruyó la vida de entre 39.000 y 80.000 seres humanos en Nagasaki. Sin embargo, ambas han sido reconstruidas y están actualmente habitadas. Una situación muy diferente a la de la localidad de Chernobyl y su vecina Prípiat, en Ucrania, después del accidente de agosto de 1986. A partir de entonces, sus calles permanecen vacías.
El medio «BBC Mundo» ha intentado explicar el origen de esta diferencia mediante un reportaje donde aporta razones científicas. Según indica, la explosión del reactor de la central nuclear de Chernobyl liberó 100 veces más radiación que las bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Además, los artefactos fueron detonados en el aire, mientras que en el accidente ucraniano los depósitos esparcidos provocaron que la tierra se volviera radioactiva.
«BBC Mundo» también cita la explicación aportada desde la página web sobre física «Physics Stack Exchange», que añade que la vida de la radiación liberada en un accidente nuclear se prolonga mucho más en el tiempo que la provocada por una bomba atómica. En la actualidad, Chernobyl todavía se encuentra rodeada por una Zona de Exclusión de 30 kilómetros. Según los cálculos, los seres humanos no podrán volver a habitarla hasta dentro de 20.000 años.