Donald Trump suma tipos duros para su Gobierno. Este vez ha designado a tres de sus acérrimos para organismos de máxima importancia. Uno de ellos es el congresista republicano Mike Pompeo, quien será el nuevo director de la CIA tras aceptar a la nominación al cargo ofrecida por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, según han confirmado este viernes fuentes del equipo de transición del futuro mandatario a la agencia Reuters.
Mike Pompeo, Director de la CIA
Nacido en California hace 52 años y miembro declarado del movimiento antigubernamental Tea Party, ha servido al estado de Kansas en la Cámara de Representantes desde 2011, tras una larga experiencia militar como graduado de la Academia de West Point.
Casado con Susan y padre de un hijo, en 1986 se enroló en la Academia de West Point, de la cual se graduó con las más altas calificaciones. Tras su formación, fue destinado a un lugar de extrema tensión durante la Guerra Fría: patrullaba la Cortinade Hierro, hasta la caída del Muro de Berlín.
Posteriormente, se inscribió en la Universidad de Harvard, donde estudió leyes. De regreso en su hogar materno, en el sur de Kansas, fundó una empresa dedicada al suministro de material aéreo para destino comercial y militar. La compañía se llamó Thayer Aerospace y resultó todo un éxito.
En su carrera como político, Pompeo fue parte del Comité de Energía y Comercio, por un lado, y de Inteligencia, por otro. En este último se destacó en una investigación que puso contra las cuerdas a la candidata demócrata Hillary Clinton, rival de Trump en las pasadas elecciones norteamericanas. Pompeo examinó su papel durante el conflicto de Benghazi, en el cual una turba asesinó al embajador estadounidense en Libia Christopher Stevens.
El hombre que estará al frente de la CIA desde el 20 de enero próximo también es conocido por sus ideas muy liberales respecto a la economía y por su férrea defensa de la Constitución. Ha sido muy crítico de la política exterior propuesta por la Administración de Barack Obama. También se muestra partícipe de dar marcha atrás con el tratado nuclear firmado con el régimen de Irán, al que califica como un "Estado promotor del terrorismo".
Michael Flynn. Asesor de Seguridad
Entre las muchas coincidencias entre Michael Flynn y Donald Trump destacan tres: retórica islamófoba, afinidad con Rusia y rechazo visceral a Hillary Clinton. Flynn, de 57 años y general retirado de tres estrellas, será la mano derecha en seguridad del nuevo presidente estadounidense, según anunció este viernes el equipo de Trump. Socio leal durante la campaña electoral, como asesor de Seguridad Nacional será el encargado de hacer de enlace entre el mandatario y los departamentos relacionados con la política exterior, militar y antiterrorista de la primera potencia mundial.
El teniente general retirado fue el principal asesor de seguridad nacional de Trump durante su campaña. Será, sin dudas, el guardián estratégico de un presidente como Trump que no tiene experiencia en asuntos militares ni en política exterior.
Al igual que su jefe, Flynn no se considera que pertenece a las estructuras tradicionales de Washington. Creció en el barrio de Queens en Nueva York y llegó a los más altos rangos militares sin el linaje de West Point, la academia donde suelen formarse los más altos militares.
Ha participado en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán e Irak. En 2012 fue nombrado por Barack Obama director de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), el principal organismo militar de espionaje extranjero que opera bajo la jurisdicción del departamento de Defensa.
Pero dos años después se vio forzado a dejar el cargo debido a sus controvertidas opiniones sobre el Islam y "diferencias" con sus superiores sobre su gestión y su visión para la agencia.
Es muy activo en Twitter, y a menudo ha publicado opiniones que muchos han considerado abierta islamofobia."El temor a los musulmanes es RACIONAL", tuiteó en febrero pasado con un vínculo a un video que explica lo que cree que es odio al Islam.
Uno de sus rasgos más polémicos es su aparente cercanía con el presidente ruso Vladimir Putin. El año pasado, el general viajó a Moscú donde fue fotografiado sentado al lado de Putin en una cena de gala para el canal estatal de TV, Russia Today (RT), donde ha aparecido regularmente como analista.
Jeff Sessions, Departamento de Justicia
Para el Departamento de Justicia como fiscal general Trump ha nombrado al senador republicano Jeff Sessions, que le ha acompañado en toda su carrera a la Casa Blanca.
Sessions, de 69 años, por su parte, ocupará la cúpula de la judicatura. Su postura antiinmigración ilegal es clara y coincide con la de Trump. Precisamente, Trump ha prometido durante la campaña que va a expulsar a 11 millones de clandestinos que se encuentran en EEUU. Sessions ha representado a Alabama en el Senado.
En la década del 80 intentó alcanzar su cargo como juez federal pero no pudo hacerlo, debido a sus comentarios xenófobos y sus 'ocurrencias' sobre el grupo racista Ku Klux Klan (KKK)
Ha sido senador durante 20 años. "Espero cumplir con mis deberes con una dedicación inquebrantable a la justicia y la imparcialidad", ha manifestado este martes al conocer oficialmente la designación de Trump, quien considera que Sessions "una mente legal de clase mundial".
En 1986, cuando era fiscal general del distrito Sur de Alabama, Sessions fue impulsado por el entonces presidente Ronald Reagan para convertirse en juez de una corte de su estado, pero el sueño se frustró. Entre otras cosas, le condenaron declaraciones como que "el Ku Klux Klan estaba bien hasta que descubrí que fumaban marihuana".
Por otra parte, este hombre ha sido uno de los más críticos contra los proyectos legislativos sobre inmigración que debatió el Congreso en 2007 y 2013 con el fin de abrir un camino a la ciudadanía para algunos de los 11 millones de extranjeros indocumentados que se calcula que viven en el país.
También se muestra contrario a otorgar visados a extranjeros para que puedan alcanzar puestos de alta calificación. En 2007 consiguió aprobar una ley que prohíbe contratar inmigrantes indocumentados a las empresas que trabajan para el Gobierno, una medida que quiere ampliar a todo el sector empresarial.
¿Qué es el Tea Party?
El Tea Party es un movimiento político estadounidense que nace en el primer mandato de Barack Obama. Sus propuestas se basan en criticar todas las medidas que el demócrata fue instaurando desde 2008. No son favorables a la intervención del Estado en los aspectos, y creen que las medidas sanitarias, como el Obamacare, o el rescate de algunas entidades son perjudiciales.
Se les coloca dentro del ultraconservadurismo, pero es sobretodo en lo económico donde más cercanos al liberalismo se hayan. Creen que cualquier intervención estatal acerca al país al socialismo. El movimiento tiene un gran peso dentro del Partido Republicano. Aunque en temas como el aborto o el matrimonio homosexual, existen opiniones diferenciadas dentro del Tea Party.