Siempre se ha dicho que entre la amistad y el amor hay una delgada línea y es cierto que muchas parejas han sido amigos durante años antes de empezar su relación.
El amor se ve desde fuera
Es cierto que solemos asumir que dos personas están enamoradas cuando vemos que tienen muy buena relación aunque aseguren que se trata de una amistad muy estrecha. Siempre hay gente que tiende a verlo de otra forma, pero también es cierto que cuando hay química de ese tipo es fácil detectarla desde fuera.
Si cuando estás junto a tu amigo/a te suelen preguntar si es tu pareja y, sobre todo, si otras amistades te han preguntado si hay algo o si te gusta tu amigo/a, es probable que ellos se hayan dado cuenta antes que tú.
Incluso puede ser que las familias también se hayan dado cuenta. Hay amistades estrechas en las que se tiene una relación con la familia del otro muy parecida a la de las parejas, y los padres no pueden evitar pensar que hay algo más aunque no se les haya confirmado. ¿Te pasa? Piensa si te pasa sobre todo a ti, es decir, que tu familia asume de alguna forma que entre tu amigo y tú hay algo más que una amistad, porque puede ser que tu forma de hablar de él o ella, o tu manera de tratarle enfrente de tu familia, les demuestre otra cosa.
Todo lo que hay en común entre ambos
Lógicamente hay una gran amistad entre los dos porque se comparten muchas cosas en común y eso no es fácil de encontrar. Seguro que has tenido parejas con menos temas de conversación que con tu amigo/a.
Es posible que incluso hayas desarrollado aficiones en común con tu amigo/a, que os hayan ido interesando las mismas cosas en este tiempo e incluso que vuestra amistad haya dado lugar a expresiones particulares o formas de hablar que solo entiendes tú y él/ella.
Esa complicidad especial, esa que solo se tiene con un amigo muy especial, lleva a sentimientos encontrados, sobre todo si también hay algo de química sexual.
Sabes cómo es en una relación
Si durante vuestra amistad cada uno ha tenido su pareja por separado, también te habrá contado lo que sentía por ellas y lo que le preocupaba durante sus relaciones. Igual que tú a él/ella. Sabes perfectamente cómo se comporta en las relaciones y la verdad es que te gusta.
Es información privilegiada, eso es verdad, y si te gusta como es en las relaciones, es normal que empieces a querer que se comporte así contigo.
También puede pasar que aunque no te guste como gestiona sus relaciones, tú tengas la secreta sensación de que contigo sería distinto, de que le falta la confianza o algo que tú le podrías aportar y que el resto no le ha aportado hasta ahora. Ese ánimo de salvador/a no suele ser muy acertado, pero desde luego que, si has llegado a pensar eso, es porque sientes algo más por tu amigo/a.
La atracción física
No es definitiva pero desde luego, si existe una relación estrecha, hay cariño y confianza y si además, te atrae físicamente, es muy complicado que no te enamores.
En ocasiones también ocurre que se inicia una amistad precisamente porque no existe esa química o atracción física, pero sí todo lo demás. Y es precisamente esa falta de atracción lo que te hace dudar de si estás enamorado/a o no. El resto es perfecto, pero si falla la química ¿puede haber amor?
La respuesta es que depende de la persona. Simplemente es la importancia que cada uno le dé a esa atracción para iniciar una relación porque lo cierto es que en todo caso esa atracción no permanece para siempre, pero lo que se queda, lo que de verdad vale, es lo que ya hay en esa amistad tan estrecha.
El miedo a perder la amistad
Es frecuente que no se quiera dar un paso más por miedo a estropear lo que ya se tiene. Y es un miedo lícito porque una vez se cruza la frontera y la amistad se convierte en pareja, es complicado volver atrás. Pero toda decisión conlleva una pérdida y no haciendo nada también estás decidiendo, decidiendo permanecer en la misma situación y por lo tanto, perder la experiencia de ser pareja de tu mejor amigo/a.
No podemos esperar a que llegue una señal divina que nos diga qué es lo que tenemos que hacer. La madurez conlleva poder tomar decisiones, asumir riesgos y no esperar a que las cosas caigan por su propio peso, porque muchas veces no ocurre.
Es importante que primero trates de aclararte y decidas si sientes algo o no por tu mejor amigo. Pero si es así y crees que eres correspondido/a, avanza sin miedo.