El consejero delegado de la empresa finlandesa deja caer la posibilidad de diseñar nuevos modelos de «smartphones» una vez que finalice el acuerdo con Microsoft en 2016
Vuelta al redil. Tiempo se lleva especulando acerca de la posiblidad de que Nokia regrese al mercado de la telefonía móvil. Sin periodos concretos ni más detalles que las meras sospechas, la empresa finlandesa ha dejado caer que, una vez que expire en contrato con Microsoft, en 2016, planean diseñar nuevos «smartphones».
En una entrevista a la revista alemana «Manager Magazin», el consejero delegado de Nokia, Rajeev Suri, ha explicado que a partir del 2016, coincidiendo con el final del acuerdo con Microsoft, que adquirió la división de movilidad el pasado año, comenzarán a diseñar de nuevo teléfonos móviles.
La empresa, que en su momento fue el mayor fabricante mundial de teléfonos móviles, pretende poner a disposición nuevos terminales, aunque se desconoce si los comercializaría desde su división. «Vamos a buscar socios adecuados», señaló Suri. «Microsoft hace teléfonos móviles. Nosotros simplemente los diseñamos y ponemos la marca».
Esta decisión permitiría a la finlandesa regresar al negocio de la telefonía móvil, contribuyendo con su experiencia en la creación y fabricación de nuevos modelos, basados en principio en el sistema operativo móvil de Microsoft. Sin embargo, otras filtraciones han apuntado recientemente la posibilidad de probar suerte con Android, el sistema con mayor penetración del mundo y del que meses antes de cerrar el acuerdo con el gigante del software ya coqueteó sin demasiada fortuna.
Nokia vendió su negocio de telefonía de Microsoft en 2014 después de varios años disminuyendo sus ventas, ya que no pudo seguir el ritmo de las innovaciones dirigidas por el iPhone (Apple) y la popularización de Android. Además, otros episodios sacudidos recientemente han allanado esta posibilidad. El otrora director de Microsoft, Stephen Elop, a quien el gigante del software estadounidense nombró como consejero delegado de Nokia, ha abandonado Microsoft. Los analistas han interpretado este movimiento como un signo de que la compañía se está alejando del negocio de dispositivos de hardware para regresar a su negocio central de software concidiendo con el desarrollo de Windows 10.