La protesta de los enfermos fue controlada con la Guardia Nacional y la milicia, y posteriormente repartieron parte del tratamiento
Funcionarios del Ministerio de Salud aseguran a los pacientes que exigen tratamiento contra la malaria, que los fármacos escasearon en los últimos 15 días porque están varados en aguas internacionales. Obvian los burócratas de la dictadura que desde enero de 2016, los guayaneses protestan por la misma razón y que, por ejemplo, esta semana tres personas murieron en Pozo Verde por la enfermedad.
La antesala de la emergencia del ambulatorio Las Manoas, de San Félix, estaba llena de enfermos de paludismo este viernes. Esperaban desde las 6:00 de la mañana que les entregaran algo de tratamiento contra la enfermedad, que escasea en toda la ciudad.
La desesperación ante la ausencia de medicamentos fue tal que, para las 8:00 de la mañana, los pacientes habían secuestrado la entrada del ambulatorio. “Nadie entra y nadie sale”, dijeron, como medida de presión para que entregara los medicamentos.
Hacia las 10:00 de la mañana, la Guardia Nacional (GN) intervino y reabrieron el módulo, y comenzaron a repartir medicinas. Entregan cloroquina y quinina, pero la primaquina, utilizada para exterminar el parásito y evitar recidivas, sigue desaparecido.
“Los medicamentos ya vienen en camino desde Caracas. El problema que teníamos con la primaquina es que ese cargamento estaba detenido en aguas internacionales por 15 días, pero ya llegó a suelo venezolano y lo estamos distribuyendo”, dijo un representante del Ministerio de Salud, quien pidió el resguardo de su identidad por no estar autorizado para dar declaraciones en la zona.
Las medicinas estuvieron retenidas por “problemas políticos mundiales”, que el declarante no supo precisar, pero aludió a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. “Hay una serie de normas que tardan la entrega de los medicamentos en aguas internacionales… ¿Cómo podemos decirle a todos los países que están en contra de Venezuela?”, cuestionó el funcionario.
Pero la escasez de primaquina ocurre desde antes que el presidente de EEUU, Donald Trump, amonestara económicamente a Venezuela, el 25 de agosto de 2017. Las protestas por falta de fármacos antimaláricos se remontan a principios de 2016 en Ciudad Guayana.
Las medicinas contra la malaria llegan al país por convenio con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que, en teoría, no son susceptibles a ser objeto de trancas burocráticas políticas.
De hecho, la OPS envió una nota de prensa alegando que al país habían llegado 1 millón 100mil tabletas de primaquina durante octubre, proveídas por el órgano internacional. Tomando en cuenta los testimonios de pacientes, esta ayuda no se vio reflejada en los ambulatorios del municipio Caroní.
Lizandri Rodríguez esperaba con su hija de 4 años en brazos, prendida en fiebre, a que le entregaran la primera dosis de tratamiento contra el paludismo de la niña
Jorge Kalil, vecino de Pozo Verde, esperaba en el piso del ambulatorio a que se le pasara la fiebre. Tiene seis días buscando tratamiento para paludismo por plasmodium falciparum
Tratamiento a medias
“Tengo la emergencia colapsada. Tengo hasta de a dos personas en cada camilla, por eso no puedo pasar más. Les pido paciencia que ya el tratamiento lo trae la viceministra de Caracas”, era la esperanza que daba a los pacientes una trabajadora del ambulatorio. Prefirió no declarar a la prensa y se limitó a decir “estamos dando respuesta a todos”.
En el primer piso repartían tratamiento para paludismo por plasmodium vivax y en la emergencia los medicamentos para el paludismo mixto. Los que padecían malaria por plasmodium falciparum seguían esperando. Para ninguno había primaquina.
“El tratamiento viene de Caracas” escuchó Jorge Kalil desde ayer. Este viernes esperaba recostado en el suelo del ambulatorio de Manoa. “Tengo seis días sin tratamiento. Me senté aquí a esperar que se me quite el palo de fiebre que tengo… a ver si me entregan las pastillas”, que tampoco consigue en su zona de residencia, en la parroquia Pozo Verde.
De acuerdo con el funcionario consultado, ya están en el país y en camino al estado Bolívar un cargamento de medicinas e insecticida para fumigar las comunidades, operativos que estaban suspendidos por la escasez del veneno para erradicar el mosquito anopheles que transmite la malaria.
“Ya el nuevo director del Instituto de Salud Pública (ISP), junto con el doctor Erasmo García tienen un nuevo plan estructurado para atacar el paludismo y darle respuesta a todas las personas aquí. Estamos trabajando en eso. Mañana vamos para Moitaco”, expresó, en relación con el poblado del municipio Sucre en el estado Bolívar.
El estado Bolívar es el lugar origen de la epidemia de paludismo, que ya no está confinada a las minas de Sifontes o de El Callao, como era hace alrededor de tres años. En consecuencia, sigue siendo la entidad venezolana con más casos de paludismo, según confirmó el funcionario consultado.
El oscurantismo sobre la cantidad de tratamientos disponibles y la cantidad de contagios confirmados por parte del Estado hacen más incierto el panorama. Esta semana fallecieron tres personas enfermas de paludismo en la parroquia Pozo Verde, la zona más aquejada de Ciudad Guayana.
De acuerdo con la Red Defendamos la Epidemiología, hasta julio iban 65 muertos en todo el estado a causa de la malaria, la cifra más alta de decesos por la enfermedad en al menos 10 años.